El cáncer de piel es poco frecuente en los niños, sin embargo nadie está a salvo del cáncer de piel porque nuestra dermis tiene memoria. Esto quiere decir que todas lesiones cutáneas, en forma de quemaduras solares, se acumulan en la piel reduciendo el capital solar con el que nacemos. Los últimos estudios sobre la incidencia del melanoma o cáncer de piel indican que haber sufrido más de tres quemaduras solares en la misma zona aumentan el riesgo de padecer cáncer de piel.
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La piel de los niños es envidiable, que levante la mano a quién no le gustaría volver a tener esa piel suave, tersa, delicada y tierna. Sin embargo, es inevitable, a medida que crecemos la piel se vuelve más seca, menos elástica y con más impurezas. Pero además ocurre algo muy curioso, a medida que crecemos la piel se va llenando de lunares.
El cáncer de piel es poco frecuente en los niños, sin embargo nadie está a salvo del cáncer de piel porque nuestra dermis tiene memoria. Esto quiere decir que todas lesiones cutáneas, en forma de quemaduras solares, se acumulan en la piel reduciendo el capital solar con el que nacemos. Los últimos estudios sobre la incidencia del melanoma o cáncer de piel indican que haber sufrido más de tres quemaduras solares en la misma zona aumentan el riesgo de padecer cáncer de piel.