Desde la primera vez que lo escuché, es un tema que me ha llamado mucho la atención. Las nuevas corrientes educativas argumentan que para tener un buen aprendizaje debemos desaprender. Pues bien, estoy convencido de que este principio también se puede trasladar a la educación de las familias, y quizá he encontrado aquí una manera que me gustaría compartir con vosotros.
Categoría Ser madres y padres
Desde la primera vez que lo escuché, es un tema que me ha llamado mucho la atención. Las nuevas corrientes educativas argumentan que para tener un buen aprendizaje debemos desaprender. Pues bien, estoy convencido de que este principio también se puede trasladar a la educación de las familias, y quizá he encontrado aquí una manera que me gustaría compartir con vosotros.
Mi casa dura limpia lo que tardan en recorrerla los niños. Por más que recoja, siempre parece un campo de batalla. Por más que limpie, siempre aparecen huellas de dedos en ventanas, manchas de chocolate en el sofá o minúsculos papelitos por todo el suelo. Así que me paso el día limpiando y recogiendo, y al final siempre parece que no he hecho nada.
Educar a un niño no es fácil. Es algo que ya sabías antes de ser padre o madre, pero que comprobaste a ciencia cierta una vez tu pequeño llegó a este mundo. Primero es darle todos los cuidados que necesita de bebé y luego saber educarle y guiarle en su camino según va creciendo. ¿Lo estoy haciendo bien como padre?
¿Cuáles son esas metas universales que todos los padres nos deberíamos proponer? Por supuesto que hay que incluir la de cuidar y querer a los niños por encima de todo, la de respetarles, la de enseñarles todo lo que necesiten aprender... Sin embargo, yo me refiero a metas sobre la crianza de los niños algo más concretas, a esas que llevamos guardadas en el corazón y que para lograr que se hagan realidad tenemos que poner de todo nuestro empeño.
Todos lo hemos hecho alguna vez… Tus hijos no paran de pedirte algo, no importa el qué. Has tenido un día agotador y tienes mil y una cosas por hacer, pero ellos siguen insistiendo. Insisten tanto que al final optas por prometerle lo primero que se te pasa por la cabeza, sin que realmente estés pensando bien lo que estás haciendo.
La mejor forma de garantizar que somos buenos padres o madres no es ser las madres o los padres perfectos, sino ser madres o padres felices. Y esto es todo lo que nuestros hijos necesitan de nuestra paternidad y de nuestra maternidad. Porque si nosotros no somos felices, no podremos educar desde el amor y el respeto a los niños.
Todos los padres criamos a nuestros hijos lo mejor que podemos y solemos dar lo mejor de nosotros para hacerlo, pero eso no significa que no nos equivoquemos (de hecho lo hacemos miles de veces). Por eso, no viene mal de vez en cuando revisar la manera en que criamos a nuestros hijos. Estos son los 11 errores que cometemos los padres cuando prohibimos cosas a los niños.
& 39;A tu edad, mis padres no me daban dinero como te damos a ti& 39;; & 39;Mis padres no me daban permiso para salir, como lo hacemos contigo& 39;; & 39;Yo solo tenía un par de jerseys y tú no paras de comprarte ropa& 39;; & 39;Todo el día estás en la calle, yo a tu edad ayudaba a mis padres& 39;...
El juego nos brinda la oportunidad de acompañar a nuestros hijos en el desarrollo de la comunicación y el lenguaje. A través del juego los niños aprenden a interactuar con nosotros y con otras personas y, lo más fascínate de este proceso, es que se da de manera incidental, es decir, naturalmente. Sin que ellos se den cuenta, están practicando habilidades motoras, lingüísticas, cognitivas, sensoriales y, mientras esto ocurre, se divierten.
Dentro de poco es mi cumpleaños y he decidido hacer algo especial. No es que sea una fecha redonda - para nada, cumplo 44 años- pero creo que estoy en un momento vital de mi vida en el que necesito hacer algo por mí, así que he organizado una salida de fin de semana con noche incluida fuera de casa con mis amigas.
Soy madre de dos niños, pero también soy tía, de dos niños mellizos de 10 años y de una bebé de tres meses. ¿Qué diferencia hay entre ser madre y ser tía? Pues, para mí, y seguro que para ti también, la diferencia es poca. En ambos casos das lo mejor que hay en tu corazón. Sin embargo, no puedo quitar de mi mente la frase esa que dice que para un niño o niña su tía juega un papel esencial en su vida.
Las parejas se preocupan por mil cosas a la vez cuando se convierten en padres: alimentos, ropa, juguetes, un ambiente seguro, una buena escuela a futuro para sus hijos... Cosas que faciliten su desarrollo, sin embargo, tienden a olvidar que ellos y su forma de interactuar en casa, son lo primero que los niños aprenden a la hora de enfrentarse al mundo.
Cuando somos madres, tendemos siempre a vivir un paso más adelante que el resto. A mirar al futuro y a preocuparnos por cosas que todavía tardarán mucho en llegar. Seguramente, en algún momento de la crianza de tus hijos, los hayas mirado a la cara y hayas pensado en el momento en que hagan las maletas y cierren la puerta de tu casa ¡para siempre!
Ser madre y ser mujer a la vez, ¡menuda dilema! Pero aquí está el error, en plantear estos dos conceptos por separado y como si hubiera que elegir entre uno y otro, cuando esto no es así. Ser madre hoy en día y encontrar el equilibrio con tus hijo y contigo misma es posible. Solo tenemos que deshacernos del opresor sentimiento de culpa y hacer las cosas porque las sentimos y no por obligación.
El otro día me dijo una mamá cuando estábamos esperando en la puerta del colegio a que salieran nuestros hijos: & 39;¿qué es aquello que te dices a ti misma al final del día?& 39; Fue una pregunta que me hizo pensar mucho porque, aunque no me había dado cuenta hasta ahora, sí que hay una serie de frases que me repito a misma cuando voy a acostar a mis hijos.
¿Te apetece que juguemos juntas al juego de & 39;yo nunca...& 39;? Seguro que pasamos un rato divertido y además nos sirve para aclarar un montón de ideas. El juego consiste en hacer un listado con esas cosas que decías que nunca harías como madre y que ahora, que sí que eres madre, las haces una y otra vez.
Hay padres que caen en el error de dar a sus hijos aquello que ellos no tuvieron, pero detrás de este comportamiento hay muchos peligros. Problemas de frustración en el pequeño, de sentirse presionados, de impedirles elegir su destino. Los padres deben realizarse por ellos mismos y no a través de sus hijos.
Hay frases y palabras que todos hemos oído cientos de veces pero que, hasta que no eres madre no adquieren el sentido que en verdad les corresponde. Suele pasar también que con la maternidad descubres cosas nuevas y diferentes que antes dabas por sentado, ¿a ti también te ha pasado? Entonces no te puedes perder las frases más cotidianas y diarias que para mí tienen un nuevo significado desde que soy madre.
¿Qué es lo que los hijos jamás olvidarán de sus padres? Si estás pensando en este o aquel regalo, te equivocas, aunque no lo parezca a simple vista. Los peques, da igual la edad que tengan, recuerdan de sus papás aquellas cosas que les marcan su camino, lo que les alegra y les hace reír y también aquello que les ha hecho sentir mal.
¿Sabes lo que es una costumbre o hábito? Según el diccionario se define como una acción que de tanto hacerla se ha convertido en parte de nuestra rutina. Hay algunas que son excelentes, como dar un beso de buenas noches, y otras que no lo son tanto, como mirar el móvil en lugar de hablar con los hijos.